Giro, caminata, sonrisa [Libre]

No tenía la más remota idea de donde estaba mi cabeza. Lo hacía todo en automático. Caminar a la barra, tomar las bebidas y botanas, caminar hasta la mesa del pedido, dejar todo, sonreir, cobrar. Era espelusnante no saber como había llegado a la barra después de unas horas. Recargué mi espalda contra una silla, observando a los clientes que llegaban.

En un primer momento el trabajo me había parecido difícil.Servir tragos, tomar pedidos, recordarlos todos.Y había sido peor con Gerard diciéndome a cada nada que lo estaba haciendo mal.
Pero era cosa de costumbre, la cual ya tenia. Hasta podía recordar la cara de algunos clientes frecuentes y que solían pedir.
Vi a mi mejor amigo recostado de la barra y me acerque a el.
Me apoye en la barra, ya que el me daba la espalda.
-¿Noche difícil?- le pregunte gritando un poco para que mi voz se oyera sobre el estruendoso sonido de la musica.

Tamboribleaba mis dedos contra la barra cuanto una silueta y una voz más que conocidas me llegaron de lado. Siempre era agradable verla.

-Un poco, demasiadas distracciones-respondí, sonriéndole de lado. Metí una de mis manos en el bolsillo del pantalón y alcé la cara al techo-¿Qué tal tu noche?

-Igual que todas - respondí sonriendo- Tomar pedidos, servir y de vez en cuando soportar comentarios indecentes.- suspire con resignación.- He tenido noches mas divertidas- bromee.

-Oh, como esto es lo mejor que hay-respondí, siguiéndole la broma. Reí bajo y me giré, viendo como no dejaban de llegar personas- ¿Comentarios indecentes? Sabes que eso puedes deportárselo a Gérard, ¿verdad?

La miré fijo. Chloé era muy hermosa, no me sorprendía que por ello se fueran tras ella, pero facilona no era parte de su carácter.

-Claro que lo se...- le dije, levante mi mano y le acaricie la mejilla- No te preocupes se defenderme sola- sonreí. -Solo son algunos idiotas que intentan ligar.

Lo pensé y luego le dije.
-Además prefiero llamar a seguridad antes que decirle a tu hermano- bromee.

-Pero puedes estar segura de que mi hermano no se te va a echar ensima. Con los de seguridad nunca de sabe-dije con una ligera mueca de desagrado, el tema no era el mejor. Coloqué mi mano sobre la suya-y de cualquier manera, ya sabes que yo siempre estoy aquí...

Sonreí un poco, me iba a tener para lo que necesitara.

- La verdad tengo ciertas dudas sobre lo que haría o no tu hermano. - le dije girando los ojos.- En ultimas instancias optaría por utilizar tomos mi aprendizajes sobre defensa personal.- bromee.

Lo mire cariñosamente.
-Lo se - le dije- Por eso eres mi mejor amigo.

-Y por muchas razones que no alcanzo a mencionar, porque si Gérard no me ve trabajar me avienta del lugar, tu eres mi mejor amiga-contesté risueño, estampándole un beso en la frente- muy buena idea lo de defensa personal...

Tomé el pequeño bloc de notas y me giré, caminando rápido hacia la primera mesa para tomar una orden. Mientras me dirigía, pensé en lo que hacía dicho de Gérard. ¿Tenía dudas de que era capaz de hacer?

Reí y retome mi trabajo.
Solo en esos minutos en los que me distraje hablando con André se había acumulado un gran cantidad de personas en la barra.
Serví varios tragos y algunas botanas.
Otros tragos mas, y otras botanas.
Demonios, la noche apenas estaba comenzando.

Le sonreí a una pareja después de tomarles la orden, cordial. Chequé la hora en mi reloj de muñeca mientras caminaba de vuelta a la barra y colocaba el papel con la orden en el trinchero.

-Viernes en la noche...será de fábula-murmuré, preparando una charola.

Le ayude a ordenar las cosas mientras reía.
-Espera que se haga mas tarde, y veras lo fabuloso de este trabajo.- le dije- Deberíamos pedir un aumento- sonreí y me aleje al escuchar a un tipo ebrio pedir una quinta copa. Lo estaba vigilando desde que llego, su actitud era un poco extraña. Le serví la copa, a pesar de que no tenia era la mejor opción. Pero como solían decir: El cliente siempre tiene la razón.

-Seguro...cinco años aqui y la misma cuota-dije con una mueca divertida, tomando la bandeja en una mano.

-Si pide otra, mejor dale agua y no se lo aumentes a la cuenta. El pobre ni se dará cuenta de que va a beber-dije, sin muchos ánimos de tener a un borracho descontrolado. Ya era bastante con mi hermano mayor.
Caminé hasta la mesa del pedido, repartiendo todo con rapidez.

- Si, señor...- le dije haciendo un saludo militar.Esperaba no tener que recurrir a eso. Y que de una vez terminara de irse.
Seguí sirviendo tragos, hasta que me di cuenta que se había acabado una de las botellas. Busque con la vista a alguien para que trajera otro pero no vi a nadie.
Así que salí de atrás de la barra y me acerque a André.
-¿Podrias encargarte un momento de la barra, mientras busco otra botella?- le pregunte mientras le mostraba el recipiente vacio.

Guardaba el bloc en el bolsillo del pantalón cuando la sentí a mi lado.

-Seguro-respondí, asintiendo despacio con la cabeza. Observé a los demás meseros y me coloqué detrás de la barra, maneobrando con las copas y ordenando herramientas.

Camine los mas rápido que pude. No quería que a André se le acumulara el trabajo. Así que esquive a todas las personas que me encontraba y me dirigí a la parte de atras del club, donde estaba el deposito. Alli deje la botella vacia en un cubo de basura y tome dos botellas mas. En el Le Plaisir habian reglas, pero una de las cosas que no se te podia olvidar era manteener simpre abierta la puerta del deposito, ya que esta no se podia abrir por dentro.
Recorde eso cuando escuche el sonido de la puerta al cerrarse.
-Perfecto - Pense mientras me sentab en una caja.- Esta si que seria un gran noche.

-¡Chloé!-exclamé sobre los barullos del lugar mientras servía bebidas. Sin duda no era muy bueno con las mezclas, pero eso era mejor que nada. ¿Dónde se habría ido?
Observé llegar más clientes, pero no éramos suficientes meseros. Apreté lo labios, ansioso y seguí sirviendo, indicándole a las personas dónde podrían sentarse desde atrás de la barra.

Miles de ideas pasaron por mi cabeza, pero ninguna lo suficientemente útil como para abrir la puerta.
Llene mis pulmones de aire, ara luego soltarlo, mi voz, por mas fuerte que gritara no se oiría sobre la musica.
Seguí pensado y se me ocurrió una idea medianamente buena. Busque en mis bolsillo y encontré mi identificación de trabajo.
Me levante de la caja y corri hacia la puerta.
Pase la tarjeta entre el borde de la puerta y la cerradure y espere hasat oir un clic. Pero el clic que escuche no era el esperado, cuando retitre mi tarjeta esta estaba doblada por la mitad. Me apoye contra la puerta y de dezlise hasta caer sentada.
-Esto solo te puede psar a ti Chloé- susurre para mi.

-Vaya...-espeté desesperado, dejando la barra durante unos segundos mientras atravezaba el club lo más rápido posible.

La observé sentada en el suelo, con un gesto no muy bueno.

-¿Qué te ocurre?-pregunté, pero no ocupé mucha respuesta. La puerta del almacén estaba cerrada.

Di un suspiro de alivio cuando note que André estaba allí.
- MI héroe- le dije- Al parecer hoy la noche esta en mi contra, ¿Podrías abrirme?- sonreí inocentemente.

-Podría, podría-murmuré, fingiendo pensarlo. A los segundos reí un poco y saqué la llave del bolsillo, no había mucho tiempo ya, había muchos clientes por todos lados.
Abrí la puerta y sonreí abiertamente.
-Listo-anuncié, volviendo a meter las llaves a mi bolsillo.

-Muy gracioso...- le dije, lo que menos quería era pasar la noche encerrada.- Ahora, volvamos y veamos que has hecho en mi puesto mientras me ausente.

-¿Yo? Siempre-espeté, divertido mientras giñaba un ojo- de acuerdo, no vayas a molestarte, pero no soy muy bueno con la preparación de bebidas.
Caminamos a paso rápido hasta la barra, esquivando clientes y personal apurado.

Cunado llegamos a la barra, me coloque de nuevo en mi sitio.
E inspeccione todo. Tal vez fui un poco exagerada al hacerlo.
- Bueno, al parecer todo esta como lo deje- le dije un poco decepcionada- Yo esperaba encontrar botellas rotas, sangre y algún que otro cliente llorando- bromee.Aunque me alegraba mucho de que no fuera así- Buen trabajo, me has ahorrado tener que darles ese tipo de explicaciones a tu hermano- reí.

-No soy taaaan incompetente-murmuré bromista, sacudiéndole el cabello con suavidad- oh si, creo que Gérard nos habría colgado a ambos del árbol de enfrente....
Reí un poco y tomé una charola, victorioso.

-A trabajar-susurré, dándome vuelta de nuevo.