Habia decidido que la mejor manera para que se me quitara el dolor de cabeza era comprarme un helado. Adoraba los dulces.
Entre en la heladería como si entrara al paraíso. Me acerque y pedí un helado con tres sabores diferentes. Mis tres mayores debilidades. Fresa, Chocolate y Vainilla. Cuando me gire para salir, escuche el sonido de varias bolsas chocar contra el suelo. Me gire dispuesta a ayudar, y recogí con mi mano libre alguna de estas.